Coordinadora de la Biblioteca y del Centro de Documentación e Información del Museo Carmelo Fernández. "... En los museos hay opciones para todos los gustos.” ¿Cuántos años tienes trabajando en museos? Desde el año 1.988, comencé a trabajar en la Secretaría de Cultura de la Gobernación del Estado Yaracuy, donde fui asignada a las oficinas de la Sede Central de la Biblioteca Pública “Félix Pifano”. Sin embargo, allí no me sentía a gusto por lo cual pedí cambio para otra institución. Me ofrecieron destinarme a las oficinas del Centro de Historia del Estado Yaracuy y al Museo “Carmelo Fernández”, entonces ubicado en la mezzanina del Teatro del Complejo Cultural “Andrés Bello”. Afortunadamente me decidí por el Museo pues creí que podría ser un ambiente de trabajo más agradable; de hecho ya llevo aquí casi 25 años. Ingresé al Museo en el año 1.989 como secretaria adscrita a la Dirección. Pero como siempre ha sido aquí, hacemos y apoyamos todas las actividades, en equipo. Por eso, a falta de un encargado del área de la Biblioteca y Centro de Documentación, fui asumiendo en paralelo esas funciones. De manera que, cuando nos mudados a la nueva sede en el año 2004, fui destinada formalmente a esas funciones; por la experiencia que ya había adquirido en la atención de los usuarios y en el manejo de la colección bibliográfica. Además ya la Biblioteca y Centro de Documentación había adquirido su propio espacio e importancia dentro de la institución. ¿Siempre trabajaste en este museo? Aquí en el museo es donde considero que he trabajado toda mi vida. Son casi 25 años y en ese lapso he sido testigo y parte importante del desarrollo de la institución. En los otros lugares donde trabajé, mi estadía fue tan breve y nada halagadora que ni siquiera considero válidas esas experiencias. ¿Recuerdas haber visitado museos antes de trabajar en uno? Si. En Mérida, ya que en Yaracuy no había museos antes de la apertura de este. Hace mucho tiempo, en el año 1983, viajé a esa ciudad con una amiga de mi familia y conocí el Museo de Arte Colonial. Por cierto me gustó tanto la ciudad y la experiencia que fuimos por una semana y nos quedamos un mes y medio. ¿Cómo llegaste a trabajar en un museo y qué te motivó a quedarte? Vine a trabajar al museo como una alternativa cuando fui transferida desde la Sede Central de la Biblioteca Pública “Félix Pifano” donde había tenido algunos inconvenientes y por lo tanto había planteado mi renuncia. Me ofrecieron esta opción y la acepté porque me parecía interesante conocer la experiencia. Siento que me ha ido bien y por eso me he quedado tanto tiempo, a pesar de las circunstancias y situaciones diversas que hemos atravesado en la institución, pero siento que han sido experiencias exitosas y enriquecedoras. ¿Hay algún recuerdo, una experiencia especial? Hay experiencias que han sido fundamentales, como la Exposición Barro de América, en el año 2004 que fue un evento donde todos trabajamos como un solo equipo y que abarcó todos los espacios del museo, con obras muy importantes de grandes artistas nacionales e internacionales. También los eventos de apertura de la nueva sede en el mismo año 2.004, el 1er Festival de Arte Corporal. Son experiencias únicas que lo hacen a uno sentirse orgulloso de pertenecer al equipo de la institución. ¿Una obra de la colección, un espacio, un personaje, una exposición? Hay una obra de Mauro Mejiaz, “Amanece”, que me parece inspiradora, mágica, llena de poesía. Siempre me ha encantado. Como espacio del museo me gusta el mío, el de la Biblioteca; aquí me siento acompañada por la sabiduría encerrada en tantas obras. Como personaje siempre me ha motivado el pintor Leonardo Tezara, por su ingenio y simpatía, su manera de ser; siempre alegre y espontáneo. De tantas exposiciones que hemos tenido, una de las que más me ha gustado ha sido Fragmentos de color: Acumulaciones retinales de la artista María Fabiana Zapata, por el colorido disperso, instalado en todas los espacios de la sala y la interacción del público con las obras. ¿Qué te ha dado el museo como profesional? Creo que he adquirido una profesión en el área de la bibliotecología y una gran experiencia a través de mi trabajo. He aprendido a apreciar y disfrutar el arte en todas sus manifestaciones y tendencias, ya que esta es una institución que se caracteriza por estar muy dispuesta para apoyar todas las manifestaciones de la cultura: la música, el teatro, la danza. Hasta ópera hemos presentado en el museo. ¿Qué piensas que has aportado al museo? Creo que es difícil definir eso. Lo tendría que decir otra persona. Pero creo que será mi experiencia y mi dedicación. Pero por sobre todas las cosas, yo descubrí mi capacidad para enseñar, para orientar y apoyar a los estudiantes y usuarios que llegan aquí en la búsqueda de información. Y ese intercambio también me ha nutrido a mí. ¿De qué manera el museo ha influido en tu vida personal y familiar? Bueno, en lo personal he desarrollado una capacidad de aprendizaje, de tolerancia y de respeto hacia los demás. Eso me ha enseñado también a ser más unida, comprensiva y tolerante en el ámbito familiar. ¿Por qué y para qué ir a un museo? Imagínese. Para aprender cosas, compartir experiencias con las demás personas, para ampliar puntos de vista y para divertirse, ya que en los museos hay opciones para todos los gustos. Mi recuerdo más reciente en este sentido es el viaje de vacaciones que hice hace pocos meses por varias ciudades de México; donde pude valorar y calificar mi experiencia en este museo con las vivencias que experimenté y compartí con los museos que allí visité.Haz clic aquí para modificar. Publicado en la revista MUSEOS.VE / Número 23. Año 2. Junio de 2013
Contacto: Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio: [email protected], Sistema Nacional de Museos de Venezuela [email protected]
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Texto y fotos:
OIkis Moyetones Yaracuy al Día miércoles 09 de enero de 2013 El Museo Carmelo Fernández registró durante el año pasado la asistencia de más de 158 mil personas, por lo que fue catalogado como el tercer centro de este tipo del país en brindar mayor atención al visitante; además de ser reconocido por los proyectos ejecutados durante 2012. Rafael Principal, director del museo informo que el personal de la institución cultural efectuó 80 visitas guiadas, 181 asesorías a estudiantes, 18 exposiciones (14 organizadas por el museo y cuatro con apoyo), restauración y conservación de obras de arte, 23 conciertos con el Sistema de Orquestas Sinfónica, además del apoyo a consejos comunales, instituciones educativas y agrupaciones culturales. RESTAURACIÓN y CONSERVACIÓN En Venezuela sólo existen seis museos que efectúan trabajos de conservación y restauración de obras de arte y bienes culturales, entre los cuales se encuentra el Museo Carmelo Fernández del estado Yaracuy, un trabajo que parte de una investigación detallada sobre la obra, para dar paso a la intervención de la pieza, proceso en el que prevalece el respeto a la integridad y la lectura estética. Principal mencionó la restauración de nueve obras pictóricas del Salón Martín María Aguinagalde del Palacio de Gobierno del estado Lara, restauración y conservación de imágenes religiosas pertenecientes a las iglesias del estado, así como la intervención de 20 esculturas que se ubican en el Parque Bolivariano Minas de Aroa, en el municipio Bolívar, De igual forma, Principal comentó que el museo también ejecutó trabajos de conservación y restauración en la pintura mural de la Casa Sindical de, San Felipe, donde fue culminada la primera fase del proceso, pero por ausencia del material requerido no se ha podido dar cumplimiento a la segunda fase. TECNOLOGIA DE PUNTA Durante 2012, el Musco Carmelo Fernández creó un sitio web en el que presenta información sobre la institución, las colecciones, publicaciones, actividades y proyectos. El cibernauta puede tener acceso al formato digital de los catálogos de las exposiciones; realizar visitas virtuales a través de fotografías detalladas de las cuatro salas que integran el museo; además de acceder al registro de muestras expositivas realizadas desde 2008 hasta 2012, banco de datos que continuara siendo alimentado. El sitio web www.museocarmelofernandez.weebly.com coloca al museo como uno de los primeros en digitalizar su registro y ponerlo a disposición del público. Museo Virtual expande gama cultural El Museo Carmelo Fernández continúa ofreciendo sus obras a través del Museo Virtual de América Latina y el Caribe, el cual fue creado por el Ministerio de la Cultura de Venezuela para la integración de los países latinos, como parte de las iniciativas de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba). Esta plataforma de registro y divulgación patrimonial en línea, la cual es administrada en igualdad de condiciones por múltiples usuarios latinoamericanos y caribeños, fue creada para fomentar la integración y Cooperación en el área cultural. El Museo Carmelo Fernández se une a este proyecto publicando, hasta ahora más de 800 obras en el espacio virtual y todavía faltan otras por registrar Al acceder al portal web: www.museovirtualdeamericalatinayelcaribe.org se pueden ver más de 30 mil obras venezolanas, así como trabajos pictóricos de artistas plásticos de Republica Dominicana, Ecuador, Bolivia, México, Colombia y Cuba. El portal está abierto a recibir información de todos los museos de América del Sur y Centro América. Texto: Nany Goncalves |
¿Un recuerdo, una experiencia especial? Hay muchos que puedo mencionar. Recientemente estuve en la Bienal de Venecia con Clemencia Labin. Aunque yo no era parte de la delegación oficial fui invitado por la artista, la acompañé durante diez días y colaboré en el montaje. Igualmente tuve la responsabilidad de la puesta en escena del performance Tránsito Veneciano que la artista presentó en dos oportunidades y que involucró una procesión por las calles y canales venecianos y por los Jardines del Pabellón de la Bienal. Fue una experiencia extraordinaria estar en la Bienal como parte de este equipo de trabajo y representando a Venezuela. Conocer Roma y Florencia fue maravilloso. | Espacios del Museo Carmelo Fernández Arriba Rafael Principal impartiendo una charla Abajo sala de restauración |
¿Una obra, un espacio, un personaje, una exposición?
Un personaje, Cirilo Mendoza, artista emblemático del Estado Yaracuy. Una obra, El hombre y el perro de Cirilo, pintura de pequeño formato, poca conocida, pero muy importante en la producción del artista por el contexto reflexivo y filosófico que implica. Un espacio, el patio central del Museo de Bellas Artes, donde pasé tantos buenos momentos cuando trabajé en la GAN. Una exposición, Visibilia, una de las primeras grandes exposiciones del MBA sobre el diseño.
¿Qué piensa le ha aportado al Museo?
Más que darle, pienso que he recibido. Estar en un Museo es un proceso continuo de aprendizaje.
Un personaje, Cirilo Mendoza, artista emblemático del Estado Yaracuy. Una obra, El hombre y el perro de Cirilo, pintura de pequeño formato, poca conocida, pero muy importante en la producción del artista por el contexto reflexivo y filosófico que implica. Un espacio, el patio central del Museo de Bellas Artes, donde pasé tantos buenos momentos cuando trabajé en la GAN. Una exposición, Visibilia, una de las primeras grandes exposiciones del MBA sobre el diseño.
¿Qué piensa le ha aportado al Museo?
Más que darle, pienso que he recibido. Estar en un Museo es un proceso continuo de aprendizaje.
¿Cómo ha influido el Museo en su vida personal? El Museo me ha dado todo, conocimiento, curiosidad, investigación. Sobre todo la satisfacción de saber que la gente lo acepta, se ha desmitificado la institución como tal. La gente entra sin miedo, siente el espacio como propio y lo disfruta, no solamente viene a ver una exposición sino a leer, a pasar la tarde y sentarse en las salas y en las gradas. | ¿Por qué y para qué ir a un Museo? Son tantas las cosas que el Museo puede ofrecer actualmente, no sólo la visita institucional, la visita guiada. El Museo es también para estar, recrearse y entrar en contacto con otras experiencias, personas, culturas. Creo que es fundamental ir al Museo para comenzar a buscar, indagar, curiosear, eso te lleva a aprender otras cosas. |
Rafael Principal y Daniel Albis en el taller de restauración del Museo
Proyectos actuales
Actualmente doy clases en la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado, específicamente las materias Principios Básicos de Museología y Conservación y Restauración de Obras de Arte. Sentir que vas generando un interés por estas actividades es muy enriquecedor. Estaba preocupado porque pensaba: he acumulado tantas experiencias, tengo tantas ideas... ¿qué va a pasar con eso? Ahora siento que he recuperado toda esa información, he establecido un sistema de digitalización para mis clases, estoy haciendo un banco de datos para la Universidad. Creo que contribuir a la formación y vocación de otros profesionales es importante.
Rafael Principal Torres
Museo Carmelo Fernández
[email protected]
Artículo publicado por la revista digital MUSEOS.VE
en su ejemplar N° 15 año 2. Octubre de 2012
Edita: Sistema Nacional de Museos de Venezuela
Contacto: Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio
www.museos.iartes.gob.ve / [email protected] / [email protected]
Proyectos actuales
Actualmente doy clases en la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado, específicamente las materias Principios Básicos de Museología y Conservación y Restauración de Obras de Arte. Sentir que vas generando un interés por estas actividades es muy enriquecedor. Estaba preocupado porque pensaba: he acumulado tantas experiencias, tengo tantas ideas... ¿qué va a pasar con eso? Ahora siento que he recuperado toda esa información, he establecido un sistema de digitalización para mis clases, estoy haciendo un banco de datos para la Universidad. Creo que contribuir a la formación y vocación de otros profesionales es importante.
Rafael Principal Torres
Museo Carmelo Fernández
[email protected]
Artículo publicado por la revista digital MUSEOS.VE
en su ejemplar N° 15 año 2. Octubre de 2012
Edita: Sistema Nacional de Museos de Venezuela
Contacto: Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio
www.museos.iartes.gob.ve / [email protected] / [email protected]
Texto y fotografías: Daniel Albis
Una de las premisas que ha asumido el Museo Carmelo Fernández es incentivar a nivel de comunidades, individualidades y organizaciones, lo concerniente a la responsabilidad y compromiso compartido en la conservación y salvaguarda del patrimonio cultural.
En este sentido y desde el campo de acción de la Unidad de Conservación y Restauración del Museo Carmelo Fernández, se ha dado continuidad a esta línea de trabajo definida dentro las políticas institucionales.
Al inicio de mis reflexiones, quiero definir un criterio en cuanto a la conservación y restauración, la cual entiendo como: un proceso que comprende una amplia variedad de procedimientos, destinados a conservar el estado físico de la obra o documentos deteriorados y garantizar su permanencia en el tiempo; a la vez de fomentar la recuperación de las condiciones originales del objeto u obras así como las cualidades históricas y estéticas.
En este sentido veo con gran preocupación como algunas personas a nivel regional y nacional, sin estar lo suficientemente preparadas, realizan diversas intervenciones, inadecuadas en muchos casos. Las mismas desvirtúan totalmente la percepción y el criterio que debe asumirse, a nivel social en particular, de la conservación y restauración.
El proceso de restauración es complejo y requiere de sentido común, lógica, y sobre todo de paciencia, todo ello aparejado con los previos conocimientos en Historia del Arte, tecnología de los materiales, carpintería, física, química, biología, entre otros. En la restauración se logran experimentar situaciones extraordinarias, trabajar con objetos que son Patrimonio genera un compromiso indiscutible y compenetración con el trabajo.
La importancia de esta labor reside en la conceptualización y valoración que se le da al Patrimonio, particularmente desde el punto de vista de los usuarios y las situaciones que los objetos suscitan. Un ejemplo de ello son las imágenes religiosas realizadas en serie, en yeso moldeado y policromado, que a nivel artístico no tienen gran valor. Las mismas son conservadas por las personas en sus hogares y cuando por algún motivo se deterioran, éstas recurren a la restauración profesional en el mejor de los casos. Aunque resulte más económico para ellos la sustitución de la imagen por otra, que aplicarle un proceso de restauración que requiere inversión de tiempo y materiales, paradójicamente las personas insisten. Lo más importante, debido al valor patrimonial o familiar que representa la pieza y mucho más, al valor sentimental que esta constituye para ellos, ya que en la mayoría de los casos se trata de piezas que han pasado de una generación a otra.
La Sra. Edda Hernández, quien tiene una amplia colección de obras del artista yaracuyano Ramón López, trajo al Museo una pieza que se encontraba en muy mal estado de conservación.
Se trata de un paisaje urbano donde se representa una calle con el Samán de Guama, árbol emblemático en esta población. El formato de la pieza es de 50 x 60 CMS y la técnica óleo sobre tela.
La pieza presentaba una rotura del soporte con desgarramiento y pérdida de segmentos de tela y de la policromía, en una amplia extensión. La Sra. Hernández iba a deshacerse de la obra, debido a que pensaba que era irrecuperable. Responsablemente asumí el reto de traerla al taller y realizarle el proceso de restauración adecuado.
En este sentido y desde el campo de acción de la Unidad de Conservación y Restauración del Museo Carmelo Fernández, se ha dado continuidad a esta línea de trabajo definida dentro las políticas institucionales.
Al inicio de mis reflexiones, quiero definir un criterio en cuanto a la conservación y restauración, la cual entiendo como: un proceso que comprende una amplia variedad de procedimientos, destinados a conservar el estado físico de la obra o documentos deteriorados y garantizar su permanencia en el tiempo; a la vez de fomentar la recuperación de las condiciones originales del objeto u obras así como las cualidades históricas y estéticas.
En este sentido veo con gran preocupación como algunas personas a nivel regional y nacional, sin estar lo suficientemente preparadas, realizan diversas intervenciones, inadecuadas en muchos casos. Las mismas desvirtúan totalmente la percepción y el criterio que debe asumirse, a nivel social en particular, de la conservación y restauración.
El proceso de restauración es complejo y requiere de sentido común, lógica, y sobre todo de paciencia, todo ello aparejado con los previos conocimientos en Historia del Arte, tecnología de los materiales, carpintería, física, química, biología, entre otros. En la restauración se logran experimentar situaciones extraordinarias, trabajar con objetos que son Patrimonio genera un compromiso indiscutible y compenetración con el trabajo.
La importancia de esta labor reside en la conceptualización y valoración que se le da al Patrimonio, particularmente desde el punto de vista de los usuarios y las situaciones que los objetos suscitan. Un ejemplo de ello son las imágenes religiosas realizadas en serie, en yeso moldeado y policromado, que a nivel artístico no tienen gran valor. Las mismas son conservadas por las personas en sus hogares y cuando por algún motivo se deterioran, éstas recurren a la restauración profesional en el mejor de los casos. Aunque resulte más económico para ellos la sustitución de la imagen por otra, que aplicarle un proceso de restauración que requiere inversión de tiempo y materiales, paradójicamente las personas insisten. Lo más importante, debido al valor patrimonial o familiar que representa la pieza y mucho más, al valor sentimental que esta constituye para ellos, ya que en la mayoría de los casos se trata de piezas que han pasado de una generación a otra.
La Sra. Edda Hernández, quien tiene una amplia colección de obras del artista yaracuyano Ramón López, trajo al Museo una pieza que se encontraba en muy mal estado de conservación.
Se trata de un paisaje urbano donde se representa una calle con el Samán de Guama, árbol emblemático en esta población. El formato de la pieza es de 50 x 60 CMS y la técnica óleo sobre tela.
La pieza presentaba una rotura del soporte con desgarramiento y pérdida de segmentos de tela y de la policromía, en una amplia extensión. La Sra. Hernández iba a deshacerse de la obra, debido a que pensaba que era irrecuperable. Responsablemente asumí el reto de traerla al taller y realizarle el proceso de restauración adecuado.
Elaboré un informe técnico con la propuesta de intervención, el cual fue autorizado por la Sra. Hernández. Seguidamente me dispuse a trabajar en la obra. Primero inmovilizando la misma debido a la magnitud de la rotura que presentaba, luego se hizo un registro fotográfico por el anverso y reverso antes de empezar a trabajar.
Posteriormente fue desmontado con cuidado el soporte del bastidor y se procedió a consolidar los bordes de la tela al igual que las roturas. Luego se le aplicó un velado con material acuoso por el anverso para estabilizar y proteger la capa pictórica. Una vez velado se procedió a colocarle una capa de cera resina por el reverso, y posteriormente, al proceso de planchado para así consolidar la tela y la capa pictórica. Luego se le retiró el exceso de cera resina y se le colocaron las bandas de tensión de lino natural en los bordes del soporte. Una vez consolidada la obra, se le aplicó en las áreas faltantes de policromía, una base de preparación de color rojo preparado con tierras naturales y barniz dammar. Luego se procedió a resanar con cera resina mezclada con cera carnauba en las áreas faltantes para nivelar la altura de la capa pictórica. Una vez culminado el proceso anterior se colocó la tela de nuevo en el bastidor y se tensó. Se le aplicó una capa de barniz dammar brillante y se procedió a reintegrar el color en las áreas faltantes. Culminado el proceso, se colocó otra capa de barniz dammar brillante y luego otra de barniz semi-mate, se dejó secar el barniz y se colocó de nuevo en su marco, sellándola con papel engomado por el reverso en la unión del bastidor con el marco.
Posteriormente fue desmontado con cuidado el soporte del bastidor y se procedió a consolidar los bordes de la tela al igual que las roturas. Luego se le aplicó un velado con material acuoso por el anverso para estabilizar y proteger la capa pictórica. Una vez velado se procedió a colocarle una capa de cera resina por el reverso, y posteriormente, al proceso de planchado para así consolidar la tela y la capa pictórica. Luego se le retiró el exceso de cera resina y se le colocaron las bandas de tensión de lino natural en los bordes del soporte. Una vez consolidada la obra, se le aplicó en las áreas faltantes de policromía, una base de preparación de color rojo preparado con tierras naturales y barniz dammar. Luego se procedió a resanar con cera resina mezclada con cera carnauba en las áreas faltantes para nivelar la altura de la capa pictórica. Una vez culminado el proceso anterior se colocó la tela de nuevo en el bastidor y se tensó. Se le aplicó una capa de barniz dammar brillante y se procedió a reintegrar el color en las áreas faltantes. Culminado el proceso, se colocó otra capa de barniz dammar brillante y luego otra de barniz semi-mate, se dejó secar el barniz y se colocó de nuevo en su marco, sellándola con papel engomado por el reverso en la unión del bastidor con el marco.
Dándole a este proceso el nivel que le corresponde en la protección y rescate del Patrimonio Cultural, y considerándolo como una acción cotidiana que tiene al museo como eje, centro y acción de la vida comunitaria, nos invade la sensación y la alegría por el deber cumplido y por la competencia en el rol social que como actores responsables nos ha sido asignado.
Artículo publicado por la revista digital MUSEOS.VE en su ejemplar N° 15 año 2. Octubre de 2012 Edita: Sistema Nacional de Museos de Venezuela Contacto: Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio www.museos.iartes.gob.ve [email protected] [email protected] |
Museo Carmelo Fernández
El Museo “Carmelo Fernández”, es una institución museística de carácter multidisciplinario, orientada a la investigación, recolección, fomento y difusión de las artes plásticas regionales, dentro del contexto de ARTE VENEZOLANO.
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