Presentación De alimentos, marcas y registros. Venezuela, I877-I929, es una exposición que nace luego de un extenso y apasionante labor de investigación sobre las primeras marcas de fábrica de lo que podemos llamar el nacimiento de la industria alimentaria en Venezuela. La investigación dio como producto un bello libro, editado por Fundación Polar, que lleva por título Inicios de modernidad. Marcas de fábrica y comercio en el sector alimentación en Venezuela, I877-I929. Sin embargo, luego de haber realizado la publicación, por muchas razones entre ellas, lo curioso y poco frecuente de un estudio de esta naturaleza, a la par de su significación histórica, se nos impuso la idea de llevar a cabo una muestra, que le entregara al público una parte sustantiva de sus contenidos, tanto desde el punto de vista informativo como desde el propiamente estético. Lo que encontrarán en esta exposición, estamos seguros, va a imprimir en la sensibilidad de cada uno de nosotros una sugerente visión de lo que fue también el inicio de la «publicidad» y de la iconografía publicitaria en nuestro país. Pero, además, en varios sentidos, entraremos en gustoso con- tacto con la memoria de la alacena familiar. LEONOR GIMÉNEZ DE MENDOZA PRESIDENTA FUNDACIÓN POLAR DE TECNOLOGÍA, TRABAJADORES, LIBRE COMPETENCIA Y NACIÓN La exposición «De alimentos, marcas y registros. Venezuela, 1877-1929» puede verse como un conjunto de huellas pretéritas sobre un camino hacia la modernidad que apenas se comenzaba a transitar por aquellos años en el país. El período que abarca la muestra se inserta en el primer intento sistemático de modernización del país realizado por Antonio Guzmán Blanco y culmina durante la dictadura de Juan Vicente Gómez. La publicidad de una de las marcas registradas a finales del período puede guiar un breve repaso por las realidades y aspiraciones de aquella época. Veámoslo. El 13de agosto de 1927aparece en una revista caraqueña el aviso de un empresario ofreciendo bombones y tabletas elaborados en una fábrica que cuenta con «todos los adelantos modernos y con un tren de maquinarias de las más perfectas que existen». Por si ello no bastara, para convencer a sus potenciales clientes, informa que la "elaboración de los productos está encomendada a dos competentes técnicos de Turín, Italia, que poseen larga práctica en la industria de la chocolatería». Días después, en otro anuncio, el gancho publicitario cambia de eje, más que ofrecer, solicita; quita el énfasis puesto en las virtudes ajenas y lo coloca en las propias. En el rótulo inscribe la siguiente sentencia: "Proteger la industria nacional es contribuir al engrandecimiento de la Patria». De seguidas afirma que la excelencia de su producto consiste en ser «genuinamente nacional», por tanto «debe consumirse en todo hogar». Vistos desde la actualidad, aquellos anuncios no expresan más que los esfuerzos de un fabricante por ganarse el favor del público. Sin embargo, una lectura detenida puede mostrarnos unos signos novedosos en el país, expresiones de un sueño del siglo XIX que apenas se vislumbra a finales de esa centuria y principios de la próxima; andamios para un escenario de estreno que sólo será posible cuando irrumpa a plenitud la riqueza petrolera. Allí están presentes algunos de los elementos que caracterizarán la inserción de Venezuela en el proceso de modernización que estaba viviendo Europa occidental y los Estados Unidos desde la segunda mitad del siglo XVIII y, sobre todo, a partir de la segunda revolución industrial a finales del XIX. TECNOLOGÍA Lo primero que salta a la vista, en la lectura propuesta, son esas máquinas modernas, posiblemente traídas de Europa, es decir, la tecnología importada. El esfuerzo modernizador llevado a cabo bajo el Guzmanato (187°-1888) representó el máximo y más sistemático intento de entrar en la modernidad, concebido, en principio, para una sociedad agro exportadora y de monocultivo. El más emblemático símbolo de la modernidad del transporte, el ferrocarril, tenía como fin transportar productos tradicionales (especialmente café) e importar productos manufacturados. Por supuesto que existieron iniciativas empresariales y medidas gubernamentales tendientes a fortalecerlas; la ley de marcas de fábrica de 1877 es expresión de ello. Sin embargo la sociedad venezolana no había generado factores que dinamizaran su economía, ni había entrado en franco proceso de industrialización. Habrá que esperar la década de 1920 y la explotación de hidrocarburos como factor impulsor de la economía, para que la imagen de progreso, representada entonces por los Estados Unidos, se instale en la mentalidad colectiva. El empresario de chocolates que ha importado unas máquinas para modernizar su fábrica es expresión de un proceso material y mental que apenas inicia. Observar que en 1936 Venezuela tiene 8.000 empresas, la mayoría de ellas dedicadas a productos de consumo corriente, y que en conjunto, el sector industrial ocupaba unos 5°.000 trabajadores; considerar esas cifras a la luz de los 9 millones de asalariados que tenía la industria estadounidense para 1920 y los 62 mil millones de dólares que generaban los artículos que producía, puede hacernos entender el desfase del país respecto al ritmo modernizador en una sociedad industrializada. MANO DE OBRA Un segundo elemento que se percibe en los anuncios citados es la mano de obra. Los operarios de las máquinas que vienen de Italia representan la mano de obra especializada, otra de las soluciones paradigmáticas que se proponían durante el siglo XIX y la primera mitad del xx a fin de resolver los problemas económicos del país: la inmigración europea. Ésta comienza a llegar masivamente en la década de 1950, pero en 1927 apenas era una ilusión para quienes pensaban en ella como una manera de fortalecer una población mayoritariamente rural (cerca del 80%), escasa, con bajo índice de crecimiento, azotada por epidemias y enfermedades crónicas, afectada por la desnutrición y con altos índices de analfabetismo. Para 1920 la población total del país apenas llegaba a 2.720.000 habitantes. Con este balance demográfico, emprender el sendero hacia el progreso implicará un gran esfuerzo. Desarrollo tecnológico y fortalecimiento de la población con inmigración son elementos básicos en el proceso de inserción de Venezuela en el sistema económico mundial; sin ellos cualquier proyecto modernizador del país no pasaría de ser una quimera. LIBRE COMPETENCIA Y NACIÓN El anuncio referido muestra otro elemento sintomático de ese proceso de integración de Venezuela al sistema económico mundial, se trata de la competencia con productos extranjeros y la ventaja de éstos. Podría afirmarse, tomando apenas un parámetro para marcar un hito, que en 1926 Venezuela deja de ser un país agroexportador para convertirse en uno petrolero. El impacto de la explotación de hidrocarburos en la economía venezolana significó, entre otras cosas, un aumento de la capacidad de compra en el mercado interno y el repunte del comercio de importación de bienes de consumo. De tal manera que a nuestro empresario, para ganarse al público, no le bastará con ofrecer tecnología de punta, operarios especializados y materia prima de la mejor calidad; debe apelar a un factor menos tangible, pero muy poderoso: el sentimiento nacional. Si bien su génesis no es novedosa, la nación, traducida como esa imagen de estar unidos aún sin conocerse, no era común entre la gente que habitaba un país cuyas regiones todavía permanecían aisladas por insuficiencia de infraestructura vial; donde viajar de Lara a Caracas podía durar 5 días; donde los compatriotas, que apenas se habían conocido durante el siglo anterior, lo hicieron porque una campaña militar los llevó de su región a la del otro. Ese elemento de nuestra modernidad en ciernes, ese sentimiento que une al empresario y su producto con el público consumidor, es nuevo. En aquel tiempo la vivencia de esa comunión todavía no ha generado una imagen colectiva que permita a todos los miembros de la sociedad sentirse hermanados como venezolanos. El panorama descrito, a partir de los elementos percibidos en los anuncios publicitarios de aquellos inicios de modernidad venezolana, no es positivo, la realidad es contundente. Sí hay, sin embargo, razones para el optimismo cuando pensamos que aquella sociedad rústica y mal nutrida, logró, en un lapso de 40 años de la segunda mitad del siglo xx, poner a vivir el 85% de su población en ciudades, satisfaciendo necesidades masivas que elevaron los índices de calidad de vida y experimentando directamente el progreso y el ascenso social. Sí hay razones para el optimismo cuando percibimos que esta sociedad asimiló, sin traumas, la incorporación masiva de la mujer al espacio público en términos de igualdad con el hombre. Sí hay razones para el optimismo cuando observamos que ese país de analfabetos se transformó, de tal manera, que en cierto momento los indicadores de educación fueron equiparables alas de un país desarrollado. Sí hay razones para el optimismo cuando percibimos que de aquel país fragmentado y desarraigado hemos pasado a uno donde hasta el habitante del sitio más remoto de nuestra geografía siente que pertenece a un país llamado Venezuela. FUNDACIÓN POLAR
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Evaluar las obras enviadas a un salón de arte no es tarea fácil, particularmente en una confrontación como la que aquí nos ocupa, en donde la mayor participación artística proviene del estado en que se encuentra la institución organizadora del evento y demás entidades vecinas, cuando se trata de una convocatoria regional o, inclusive, nacional. Entendemos que todos los artistas que respondieron a la convocatoria lo hicieron con la idea de ser seleccionados para que su trabajo fuera expuesto al público; pero, como es el procedimiento, sus propuestas deben pasar, previamente, ante un jurado calificado para ser examinadas, tomando en cuenta una serie de aspectos entre los que se pueden mencionar el cumplimiento cabal de los articulados contenidos en las bases del evento que invita, dominio de la técnica y los materiales, acertado manejo de la gramática visual, es decir, de los elementos de expresión artística ordenados en un todo unitario (composición), originalidad o tratamiento con sello muy personal al citar a un artista, tema, estilo o tendencia de las artes nacionales o internacionales; trayectoria y actualización. A todo esto hay que sumarle, inevitablemente por muy objetivo que se pretenda ser, un grado de subjetividad que va acompañado del gusto, la predilección y bagaje cultural de cada integrante del jurado de selección y calificación. Ahora bien, cuando asistimos en calidad de esta figura a salones del interior del país, debemos tomar en cuenta, también, la dificultad que tienen muchos de los artistas de provincia para desarrollar un buen trabajo. En primer lugar no cuentan con una excelente escuela de artes visuales, fundamental en su formación, orientación y estímulo para indagar y estar al día con lo que sucede en el campo de las artes en el ámbito nacional e internacional, y los que lo logran lo hacen por iniciativa propia, porque son muy preocupados, curiosos y creativos. Hay quienes nacen y quienes se hacen, sin embargo ambos requieren de una constante actualización de formación e información. Con esto no quiero justificar a aquellos cuyo trabajo es débil por lo antes expuesto, pero pienso que como jurado de un salón del interior debemos contextualizarnos, considerar la realidad artística del lugar, juzgar los productos artísticos sin imponer un modelo, nacional o internacional; lo cual, confieso, no es fácil. Este año el XIV Salón de Artes Visuales Carmelo Fernández, segunda edición de convocatoria nacional, y con nueva sede, recibió un total de 146 obras, de la cuales el Jurado de Selección y Calificación, conformado por Juan Carlos López, José Gregorio Noroño y Gladys Yunes, escogió un total de 42 trabajos, considerando hacer un salón donde estuviesen representadas, en la medida de lo posible, todas las disciplinas y técnicas artísticas. En éste están presentes la pintura (acrílico, óleo, acuarela, óxidos, entre otros pigmentos), dibujo, collage, gráfica, fotografía, ensamblaje y video arte. La pintura y la figuración son los protagonistas de este evento. Si bien en este Salón participan artistas de varios estados del país, en cuanto al envío y selección predomina la región de Lara y Yaracuy. Ahora, con nueva sede y un salón de convocatoria nacional, esperamos que este evento se mantenga en el tiempo, cada vez con una mayor participación de artistas de todo el país, ya que así este espacio puede contribuir a estimular a los artistas yaracuyanos y demás estados circunvecinos, a confrontar y renovar sus trabajos. A continuación me permito comentar cada una de las obras participantes, haciendo énfasis en sus características plástico-formales más que conceptuales. José Gregorio Noroño
Otro proyecto, otra cita con las artes visuales, con todos y cada uno de los artistas plásticos, un nuevo llamado a la participación, un esfuerzo mancomunado del Ministerio de la Cultura y el Consejo Nacional de la Cultura CONAC, a través de la Dirección General Sectorial de Artes Visuales con el propósito de estimular, promover, difundir y sobre todo reconocer el talento creador de los artistas de nuestro pueblo. Damos un paso más allá en nuestra decidida labor por acercarnos cada día más a las artes visuales que se producen actualmente a lo largo y ancho del territorio nacional, integrando a todos los creadores, sin distingos de procedencias geográficas, trayectorias, estilos, técnicas y discursos formales. Arte Venezolano del siglo XX, La Megaexposición, 2003 - 2004 dio inicio a un nuevo ciclo de grandes exhibiciones artísticos los cuales se activaron como espacios para el re-cuento, la re-mirada, y que nos permitió reencontrarnos con el pasado y el presente artístico venezolano atesorado, en las instituciones museísticas del país. Un patrimonio visual de incalculable valor, la memoria gráfica de un siglo, el reflejo visual de incontables momentos de la historia reciente de nuestra cultura, y del legado de las artes visuales que nos anteceden. El país entero pudo apreciar la creación de todo un siglo, con sus artistas fundamentales y obras maestras del arte venezolano. Fue un gran proyecto artístico, que implico el establecimiento de una vasta y activa red expositiva que cubrió todo el territorio nacional. Esta primera Megaexposición permitió una completa integración interinstitucional, los museos del resto del territorio nacional, junto a otras instituciones culturales como ateneos, casas de cultura, galerías, salas de exposiciones, fundaciones y universidades, se unieron en un esfuerzo y objetivo común. En Arte Venezolano del siglo XXI, Segunda Megaexposición, Homenaje a Jesús Soto, se rindió un merecido tributo al gran maestro cinético venezolano, fallecido en Paris en Enero del presente año. La muestra nos ofreció una amplia y completa panorámica de la creación actual de las artes visuales, en el periodo comprendido entre los años 2001 2005 y en la misma participaron más de 2000 artistas que, con sus obras nos manifestaron como se escribe el arte desde cada región de nuestro país. En las veintitrés entidades federales se apreció una panorámica actual de lo que producen sus artistas plásticos, asimismo en Caracas se pudo apreciar la obra plástica de los creadores de todo el territorio nacional. El evento evidenció la diversidad de corrientes estilísticas predominantes en el escenario plástico venezolano. Con el mismo espíritu que motivó la producción de las dos grandes muestras: Arte Venezolano del siglo XX, La Megaexposición 2003-2004, y Arte Venezolano del siglo XXI Segunda Megaexposición 2005, Homenaje a Jesús Soto, el CERTAMEN MAYOR DE LAS ARTES y LAS LETRAS: CAPITULO ARTES VISUALES, nos presenta este mismo año, una visión integral y plural de toda la riqueza y complejidad de las artes visuales producidas en cada uno de los estados del país. Es un proyecto expositivo de confrontación artística que devendrá en una gran experiencia para todo el sector. Creemos que el Certamen Mayor contribuirá a un más amplio conocimiento del arte que se produce en Venezuela en su complejidad y diversidad de técnicas, temáticas, estilos y tendencias. Asimismo, proporcionará una mayor información de los artistas que habitan más allá de los tradicionales centros de producción artística del país. EL CERTAMEN MAYOR DE LASARTESY LAS LETRAS: CAPITULO ARTESVISUALES, es uno de los tantos proyectos que el Ministerio de la Cultura y el Consejo Nacional de la Cultura, asumen con conocimiento y desarrollo equitativo de les artes visuales del país. DIRECCIÓN GENERAL SECTORIAL DE ARTES VISUALES Consejo Nacional de la Cultura / CONAC MINISTERIO DE LA CULTURA
A MANERA DE PRESENTACIÓN A lo largo de muchos años, Mariano Díaz ha guardado amorosamente tallas, cuadros, relieves, dibujos de artistas populares venezolanos, realizados en o con diversos materiales: algunos, básicos y elementales, provistos por la naturaleza y apenas trabajados para lograr la forma deseada; otros, tintas y pigmentos nobles, rústica o técnicamente trabajados pero todos cargados siempre de sentimientos puros. Gracias a esa pasión compartida con su esposa Uvi, ha logrado coleccionar una inestimable cantidad de creaciones, lo que animó y propicio la fundación del Museo Arte Pueblo en el Estado Mérida. Ahora, generosamente, Mariano Díaz ha cedido en comodato al Museo Carmelo Fernández una muy pequeña parte de su colección, unas 360 obras entre tallas y pinturas, de las cuales solamente 95 piezas, referidas al Libertador Simón Bolívar, estamos mostrando ahora al público yaracuyano. El resto de las obras, y las demás que estamos seguros Mariano nos cederá en comodato más adelante, las mostraremos progresivamente durante los próximos años. Con esta exposición -en hora buena- queremos brindar un sentido reconocimiento a Mariano Díaz: fotógrafo, publicista, escritor, fabulador y, por sobre todo, promotor infatigable de los artistas populares venezolanos. Celebrado y admirando por muchos pero también denostado por unos pocos -muy pocos en verdad- es importante resaltar el papel fundamental que ha jugado en la investigación, promoción y difusión de estos creadores genuinos: gentes del campos y de la ciudad, autodidactas en su mayoría, quienes han asumido la creación artística de una manera auténtica y desinteresada, generalmente con la única conciencia del valor de su obra como satisfacción personal y espiritual, como actividad lúdica y recreativa. De manera que, peregrinando incansablemente a lo largo y ancho del país, Mariano Díaz ha guardado pacientemente la memoria de estos creadores, recopilado sus historias y acopiado las fábulas que alimentan sus creaciones. RPT. San Felipe 21/07/2005 EL PRIMERO Y EL ÚLTIMO La obra con que se Inicia esta colección es un Simón Bolívar que Uvi me lleva de regalo. Los trazos tan particulares y recios de la figura humana, pican mi curiosidad y viajo hasta Tovar para conocer al tallador. El encuentro con José Márquez estuvo coronado por la empatía. Hablamos mucho, registré sus obras, de pájaros, santos y animales, y José me sirvió de baqueano para conocer a otros hacedores: Carmen Castro, José Belandria, Luís Barón y Amelia de Carrero. Fue el comienzo del recoger testimonios de artistas populares. Curiosamente, la última obra que ingresa a esta colección, es un Bolívar cabalgando del mismo José Márquez. Hecho que corona todo un signo… Mariano Díaz BOLÍVAR EN ELALMA POPULAR El culto popular por Simón Bolívar, trasforma la reverencia de la historia y la iconografía oficial, en una veneración devocionaria. La conciencia popular otorga a Bolívar el aura de la religiosidad, y lo lleva a compartir la imaginería de los favores recibidos, junto a las vírgenes y santos de los altares hogareños. Un Bolívar, armado entre retazos de lecturas y fabulas, es el gran protector ubicuo que existe aquí y ahora, y que se hace milagrero desde la indefensión. Con Días y con Bolívar, se encomienda cada día el buen creyente. En pulperías y bodegas, el vendedor hace otro tanto con la primera moneda que le llega, y junto a velas, jabones y esencias rotuladas con su imagen, las yerbaterías expenden fragmentos de sus discursos, proclamas o testamentos; piadoso catecismo para quien busque invocación ritual. El mito que crea el arte de pueblo, se apoya en el decir de una boca a otra en una fabulación siempre cambiante, donde Bolívar revive como el guerrero predestinado celestial para ser Libertador, poseedor de una espada santificada, dos ángeles protectores vestidos de caballo y de perro, además de varón nacido pardo fino y mulatón, valseador elegante y bailador de tambor, enamorado de la mujer y del peligro y convocador de las potencias del rayo y las tormentas, todo esto entre otros dones y virtudes. El hacedor imaginero lo dibuja y modela a riesgo rompiendo con el perfil oficial; le invenciona rasgo, actitudes y gestos, dando a su obra sello de originalidad con su personaje hecho a mano. Mariano Días / El Junko, Julio 2005
El Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez es un museo joven que, como tal. Ha conformado su colección de una manera modesta, valiéndose generalmente de donaciones. La colección determino el perfil del museo, no sólo por el tipo de objetos que abarca -estampas realizadas en diversas técnicas y objetos de diseño, en su mayoría o provenientes del campo gráfico- sino por la amplitud de conocimientos que estas modalidades, de naturaleza múltiple y dinámica, envuelven en sí mismas. Por ello nos da gusto reconocer que somos más que un museo de arte: una verdadera "vitrina de la creatividad". Siendo la colección la espina dorsal de un museo, es para nosotros motivo de inmensa alegría acoger un conjunto de obras tan relevantes como las que hoy apreciamos en esta exhibición, recientemente donadas a nuestra institución por la afamada galerista francesa Denise Rene. Desde 2001 nuestro Presidente Vitalicio, Carlos Cruz-Diez, venía gestionando esta transacción, pero fue en enero de 2004 que la misma se hizo efectiva, mediante la firma en París del documento de donación de las veintiún estampas que hoy se reúnen en esta exposición, otorgadas por Mme Rene. En esa ocasión también recibimos 85 piezas, igualmente editadas por la galerista, de manos del maestro Cruz-Diez. Aunque este último es un conjunto amplio que debe ser estudiado en sus numerosos núcleos de interés, hemos querido mostrar al público algunas de las piezas que lo conforman, como una manera de revelar el espíritu general de la donación y subrayar la enorme calidad técnica y artística de los trabajos realizados bajo el sello de Ediciones Denise Rene. Un proyecto de esta envergadura no habría podido llevarse a cabo sin el concierto de numerosas personalidades, empresas e instituciones que conjuntamente participaron en su consecución. En primer lugar expresamos nuestro profundo agradecimiento a Mme Denise Rene y al maestro Carlos Cruz Diez, por habernos regalado, con estas obras, el hermoso gesto de la confianza; al Prof. Manuel Espinazo, ex Viceministro de Cultura y a Pilar Pérez-Baldo, ex Directora Ejecutiva de este museo, quienes actuaron como pioneros de esta aspiración. Agradecemos especialmente al Embajador de Francia y la Embajada por su sustancial contribución a este proyecto y, muy especialmente, a su Agregada Cultural. Sra. Agnes Nordmann, quien lo apoyó con entusiasmo desde el principio; asimismo, a Air Franco, en la persona de su Gerente General, Sr. Matthías Koch, por la donación de los boletos aéreos Caracas-París-Caracas. Por otra pe parte, extendemos nuestras palabras de gratitud al Arq. Francisco Sesto Novas, Viceministro de Cultura y Presidente del CONAC, y a su equipo del Despacho, así como al personal de la D.G.S de Administración de ese ente, por escuchar pacientemente nuestros solicitudes al respecto, y apoyarlas en todo momento. Deseo extender mis palabras de sincero agradecimiento a la Líc. Gladys Yunes Yunes, investigadora del Museo de Bella Artes de Caracas, por su compañía, entusiasmo, solidaridad y ayuda incondicional en cada una de las diligencias realizadas por la firma de lo donación en París. Finalmente, mi agradecimiento y felicitación a todo el personal del Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez, quienes dieron lo mejor de sí, haciendo gala de empeño y profesionalismo, para que el proceso de esta donación resultara excelentemente bien llevado en cada uno de sus detalles.
Aroa siempre ha sido tocada por acontecimientos o personajes que marcan hitos en su historia. Hoy nos toca mostrar parte de la obra pictórica de una gran dama que vivió con mucha intensidad su vida en su Aroa querida, así se nos presenta Leonor Adames de Aular. El transcurrir de su vida fue moldeado por su manera de ser; creó un mundo marcado por su pasión religiosa, así podemos entenderla como promotora social: dirige y promueve la construcción de la Capilla María Auxiliadora en un cerrito frente a Aroa, se hace sentir con su música cantando, tocando el órgano en la Iglesia, promueve obras de caridad. Como promotora cultural y artística, organiza veladas culturales en su casa en tomo a su piano, escribe poemas religiosos y como pintora, -caso que nos compete en este momento-, deja un legado importante, relevante dentro de la cultura aroeña. Se nos presenta como una pintora autodidacta, marcada por su manera de ser, por la forma como llevo su vida; pinta de una manera algunas veces caprichosa, el paisaje lo reinventa a su antojo. Trabajo con materiales muy diversos: óleo sobre tela, cartón, metal o madera; y utiliza los lápices de colores, acuarela, la pintura industrial, etc. Su casa la decora pintando techos, cielos-rasos, escaleras, paredes, crea objetos como sus parabanes pintados; son muchas las imágenes religiosas que elabora y pinta, decora altares, copia obras de pintores europeos y los reinterpreta para decorar su casa o la de sus amigos; su obra está en muchas casas de Aroa yen la de su familia. Por voluntad de sus herederos más cercanos parte de su obra es donada al Ateneo de Aroa, enriqueciendo su colección de arte y resguardando parte del legado cultural yaracuyano. Ya recibidas las obras nos propusimos exponerla primero en el propio Ateneo y luego en una programación itinerante. Se concibió así la exposición demarcándola en tres partes: Primero: podemos apreciar que actúa como cronista, pintando distintos lugares de Aroa, demarcando así una época: la fachada de la Iglesia San Miguel Arcángel y la Plaza Bolívar, el Cine Aroa, la Casa Cultual, la casa y el samán de la familia Mastrangelo, las Instalaciones de las Minas de Aroa, la Fuente del patio interior del Concejo Municipal, etc... Otro aspecto tratado es la intimidad de su estudio, donde podemos apreciar las obras: Mi paleta de pintura con gaticos, el cuadro de la Virgen María con el Niño en brazos, la portada de un álbum con su nombre, además algunos objetos personales como su tacita de café de las mañanas, la taza de café y de té de las tardes. El otro aspecto está formado por las obras que decoraban su casa, se puede apreciar el cuadro donde describe su comedor, un bodegón para pasar luego a varios cuadros de pequeño formato donde copia a pintores europeos, temas religiosos y temas variados, esta sección está enriquecida con otros objetos personales de la artista, donde destaca un libro manuscrito por ella iniciado en Barquisimeto en 1917, y terminado en Ama 1946, dedicado a temas religiosos, cantos y reflexiones de la Santa Misa. Nos complace de manera especial poder mostrar parte de la obra de Leonor de Aular, en el sentido puro de enaltecer su memoria, difundirla a las generaciones que no conocieron su legado y a las que si la conocimos, reencontramos con su arte y su mundo, como una página de la historia de Aroa. Tobías S. Salazar Mauricio |
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ARTE VENEZOLANO DEL SIGLO XXI. En homenaje a Jesús Soto es un proyecto expositivo colectivo y simultáneo en todo el país, concebido como un escenario abierto para el encuentro y el diálogo entre las manifestaciones artísticas contemporáneas, y su apreciación y discusión en todas sus instancias creativas y reflexivas dentro de un ámbito de pluralidad, libertad y confluencia.
Este proyecto está previsto realizarse entre el 17 de Abril y el 24 de Julio de 2005 conformando una gran exposición colectiva con la producción plástica de veintitrés Estados del país en las instituciones museísticas de la Región Capital una exposición colectiva de los creadores de la región Capital, en los Museos de Caracas, y veintitrés exposiciones colectivas de arte regional en las instituciones museísticas ubicadas en cada Estado del país.
El carácter amplio y participativo que tiene este proyecto expositivo es un reflejo del proceso cultural que vivimos actualmente en Venezuela y el cual se apoya en los valores como: equidad, inclusión, democracia participativa, pluralidad, diversidad cultural y desconcentración.
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Museo Carmelo Fernández
El Museo “Carmelo Fernández”, es una institución museística de carácter multidisciplinario, orientada a la investigación, recolección, fomento y difusión de las artes plásticas regionales, dentro del contexto de ARTE VENEZOLANO.
Exposiciones MCF
Noviembre 2005
Octubre 2005
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Julio 2005
Abril 2005
Categorías
Todo
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7 Maestros Del Geometrismo
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Aroa
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Artes
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Arte Venezolano Del Siglo Xx
Arte Venezolano Del Siglo Xxi
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Ateneo De Aroa
Certamen Mayor
Conac
Festival África
Francisco Sesto Novas
Gladys Yunes
Gladys Yunes Yunes
Homenaje A Los Gigantes De La Patria
Leonor Adames De Aular
Letras
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Patria
Registro
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Uvi
Venezuela
Xxi
Yaracuy