Así se titula la pequeña muestra que quiere reconocer el trabajo de un baluarte yaracuyana en el ámbito de la plástica, la Sra. Gloria Awais de Galíndez, pintora de oficio y por vocación quien, habiendo descubierto desde su infancia su inclinación pictórica, mantuvo a lo largo del tiempo, como prioridad, su rol de madre y esposa, producto de su unión matrimonial con el reconocido abogado yaracuyano Manuel Alberto Galíndez Mújica  con el que todavía comparte grandes momentos de su vida y ha sido de gran apoyo en este reto como lo es la pintura. Producto de esta unión nacieron sus cuatro hijos “a quienes considero mis cuatro trofeos”, según palabras de la pintora. 

Dejando a un lado su interés por la pintura. Ahora,  después de 10 años sin pintar, asume el reto de sumergirse nuevamente en este mundo rodeado de formas y colores desarrollando su vocación en el momento oportuno.

Con descendencia libanés y padres de Nirgua, es nacida el 30 de enero de 1942 en la ciudad de San Felipe, a pesar de no contar con un titulo profesional es graduada de madre, mujer y esposa, orgullosa de sus hijos, tres Ingenieros y una Médico que ayudaron a colmar su vida de felicidad y amor en conjunto Siempre arraigada a su rol como mujer emprendedora logró llevar adelante a su familia y su hogar, donde sus hijos crecieron, se formaron y asumieron rumbos propios, a la par del fallecimientos de sus padres surgió la desmotivación; sin embargo, el impulso por parte de su familia, amigos; en fin, de personas allegadas a su entorno ha sido evidente desde años anteriores, reconociendo que este tiempo que transcurrió sin pintar la ha llevado a vivir experiencias que la han formado como una persona integral.

Ahora con el paso de los años ha entendido cómo el dibujo y la pintura la han ayudado a estimular espiritualmente su modo de expresarse, a la vez que la ayuda a prolongar la mente, manteniéndola activa.

Sus trabajos están realizados en óleo sobre tela de diversas dimensiones, manejando habilidades adquiridas con el apoyo de pintores como Carmen Elena de Herrera y Manuel Freitez, este último muy exigente; de allí proviene su propia exigencia, por lo  que ella (Sra. Gloria) no sabe si es un “defecto”.  Su gusto por la utilización de tonalidades cálidas no se refleja directamente en sus cuadros, sin embargo mantienen un carácter atrayente al espectador, caracterizándose por manejar dominio de las proporciones de la figura humana, un acertado tratamiento de los valores cromáticos, la reproducción particular del paisaje y la sutileza de sus trabajos religiosos la han llevado a ser una pintora con vocación al trabajo plástico.   

“El dibujo y la pintura me han ayudado a estimularme espiritualmente
”Gloria Awais de Galíndez


                                                                                             Greisa Adan
                                                                                       Vanessa Griman