ENTREVISTA Es una mañana fresca, el día esta luminoso y el cielo despejado muestra un azul sereno. En CIPOST, el amigo “Castillito” sale al encuentro con su alegría característica y su frase eterna: “Profesor qué nos trae hoy el por- venir”, interrogante que a lo largo del tiempo hemos asimilado con una sonrisa o con una mueca de silencio. Adentro la Sra. Luz, como siempre tan amable, me ofrece un café recién colado que recibo gratamente. Ya en la oficina me dispongo a ordenarla para recibir al artista plástico Manuel Alzuru. En soledad me invade una cierta tensión y, a la vez, confusamente surge una catarata de ideas, de imágenes, un mar de dudas e imagino cómo será este diálogo que semeja una entrevista… No será mejor conversar y dejar que fluyan las obsesiones, la fiesta interior, las rabias, los temores, en fin la poesía… No sé creo que fue un error haber citado a Manuel en CIPOST, coño ni una botella de vino traje… Era mejor invitarlo a un bar y al compas de unos rones la cosa hubiese sido distinta… A media mañana la algarabía de “Castillito” y el aroma a café me sacan de mi trance y anuncia la llegada del amigo Manuel. El encuentro es cordial, un estrechón de manos, un semi-abrazo, las preguntas de rigor: cómo está la familia, las cosas, la vida, etc. Lo invito a sentarse en el rincón que preparé, ya acomodados conversamos de trivialidades las cuales fueron creando un clima agradable (pero no dejaba de pensar del por qué no traje la bendita botella de vino)… Para entrar en tema le pregunté cómo le había parecido la exposición del XX Aniversario de CIPOST, con cierta timidez me respondió que le pareció bastante buena y le gusto mucho –sin embargo en su rostro se reflejó una mueca que decía lo contrario, hubo algo que no le gustó y el silencio ahogó ese lamento. Hice como si nada y tome un sorbo de café… Sin mediación comencé a referirme a su obra… Luis Alberto Bracho (LB): Sin ser un crítico de arte, uno aprecia en tu propuesta figurativa un cierto juego donde se combinan un conjunto de dimensiones que generan una armonía visual y discursiva. Me refiero a que mezclas una dimensión ideológica que refleja una fuerte crítica social y política, la cual podríamos asociar a una preocupación por la condición humana. Asimismo, esta “línea fuerza” plasma el dolor, la desolación, el terror en la mirada y en el cuerpo, agonía que pareciera invitarnos a reflexionar sobre la cotidianidad, la violencia y la opresión que vive la carne y el ser; dolor que transfigura al hombre en una sociedad que lo concibe como mercancía. Esta mirada cargada ideológicamente se entreteje con una dimensión autobiográfica, en ese juego encontramos un rastro que habla sobre la búsqueda de ti mismo y del otro. Estas huellas en su transcurrir incorporan música y poesía: es un diálogo con amigos, con la familia y con poetas como: Cortazar, Vallejo, Borges, el chino Valera Mora, donde el boceto es tu propia existencia… La obra es aquella huella que registra tu devenir. Estas dos dimensiones están matizadas por la textura y el color que expresan la pasión y la tonalidad del grito que no se silencia. Este transito se vuelve tensión con eso que solemos llamar realidad, con mediación o sin ella, la registras en el tiempo y se convierte en un archivo que dice de una época, de un sentir, de una sensibilidad que trastoca al espectador y lo interroga sobre su cotidianidad. Este diálogo inconcluso se vuelve posibilidad de encuentro consigo mismo, comunión que acerca lúdicamente las múltiples miradas. En este juego que es el arte y en esta “condición epocal” donde el aquí y ahora, la violencia, lo efímero, lo comunicacional, el arte como simulacro, la fragmentación social, etc., son elementos que configuran las relaciones intersubjetivas. En este contexto me pregunto cómo surge en tu propuesta esta necesidad de dialogar con poetas, pintores, con el otro? Asimismo, hay una dimensión íntima que dice de tus afectos, de tu historia y obsesiones, cómo tu arte (que se presenta como un registro en el tiempo) enfrenta el problema del diálogo en esta condición posmoderna? Manuel Alzuru (MA): La verdad es que lo ideal eran unas cervezas o un whisky para amenizar la conversa ya que tu esta como Maelo (Ismael Rivera) al salir de la cárcel, trae de todo y esto parece ser para rato, así que a falta de pan buenas son tortas. De entrada tú señalas que no eres un crítico de arte y esa aclaratoria equilibra la entrevista, porque yo no soy filósofo y podemos hablar en un terreno más cotidiano, donde las elucubraciones sean más próximas al lector. Hablar del trabajo de uno es sumamente complejo por todo lo que implica; tú lo aprecias bastante, tu visión sobre mi propuesta la siento generosa conmigo. Sin embargo, quiero recordar una respuesta del Maestro Mario Abreu, cuando fue reconocido con el premio Nacional de Artes Visuales, en la entrevista el periodista le pregunta ¿maestro cual es la diferencia entre la obra suya y la de Jesús Soto, ya que son contemporáneos, estudiaron juntos en la misma escuela, viajaron a Paris, usted vivió en Francia por espacio de más de diez años, donde esta la diferencia? Entonces el maestro le respondió: “muy sencillo la obra de Soto hay que verla con un buen Whisky en la mano y la mía con un vaso de caña blanca”. Eso es contundente, y en lo particular me sucede otro tanto, no he llegado a ese nivel, ando todavía entre vinos, cervezas y whisky. Tú eres generoso porque hablaste de ron para la entrevista. Aspiro que en algún momento sean necesarios unos tragos de caña blanca para la apertura de la muestra. Ojala, podamos encontrarnos porque también aclaro estoy seguro que no es un lugar reservado para maestros, sino que es una poética de lo cotidiano. También reconozco que te has detenido a observar las piezas que traje para la exposición y eso habla de una mirada aguda, y sino eres critico de arte seria interesante que exploraras ese mundo, hace una falta increíble en el medio artístico. Creo más en la mirada que indaga y reflexiona que en la crítica de arte, porque es una crítica muy cerca o mejor dicho, tiene un maridaje con el mercado y deja de lado la investigación, seguro que hay excepciones… En medio de la breve pausa, la oficina se inundó de sonoras carcajadas y de miradas cómplices
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Museo Carmelo Fernández
El Museo “Carmelo Fernández”, es una institución museística de carácter multidisciplinario, orientada a la investigación, recolección, fomento y difusión de las artes plásticas regionales, dentro del contexto de ARTE VENEZOLANO. Exposiciones MCF
Diciembre 2012
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