De acuerdo con una inquietante y discutible visión, donde se vislumbran todavía aspectos de la arrogancia estética y política de los pueblos “cultos”, los creyentes y los artistas devotos no ven mas allá de sus símbolos cuando estos no se corresponden con los que siempre han venerado y respetado; y se olvidan de que si comprendieran su real significado, éstos perderían el enorme poder y atracción que ejercen sobre sus vidas. Así, cuando los osados y desarraigados de los cultos tradicionales, buscan experiencias alternativas que satisfagan oportunamente y en este mundo terrenal sus necesidades físicas, materiales y espirituales, suelen construir sus ambientes y atmósferas propias, su universo ritual cargado de referencias míticas, acciones en las que adquieren relevancia propia y significados mágicos, las vidas y las historias aleccionadoras de personajes populares y/o conocidos, de carne y hueso que pasan a ser los llamados “muertos milagrosos”. Esta voluntad santificadora les impone a éstos un desarraigo y un confinamiento, una vida y un sentido que les resulta ajeno. Los incorpora en un tiempo y una historia que no les es propia, que no es común con sus propias acciones y con sus raíces, se les rodea de un halo mágico y sobrenatural que los convierte en hacedores de milagros, en entidades sobrenaturales que vienen a redimir sus culpas para poder ascender a los panteones eternos; vienen para hacer favores y prestar servicios de intermediación a quienes los invocan con fe y entusiasmo, ya sea de manera autónoma o personalizada o como integrante de las distintas “cortes”. Se produce entonces la llamada “firma del contrato” para el intercambio de favores, a partir de las ofrendas del creyente y devoto para el muerto milagroso. En este contexto, el tabaco, el chimó y los licores al gusto de los espíritus benefactores, junto con las flores y frutas y otras ofrendas, se convierten en vehículos propiciatorios para lograr la conexión espiritual que posibilitara la consulta y permitirá recibir el mensaje simbólico que dice y predice cosas, que impone mandatos y cambios de conductas y comportamientos para acceder al beneficio solicitado. Es a partir de estas conceptualizaciones y creencias particulares y apoyado en una profunda investigación, que Dixon Calvetti ( Puerto Cabello, Edo-Carabobo, 1.980) elabora sus propuestas plásticas en diversos medios y materiales; estableciendo muchas veces paralelismos y contradicciones con la labor del critico de arte, del curador y aun del mismo museo. El artista confiesa que su obra no responde solo a un proceso de experimentación con el chimó como materia pictórica, sino también a la vinculación con el mundo esotérico, con el culto a la Reina Maria Lionza en el cual participa como devoto y practicante. “ Comencé a experimentar el uso del chimó durante el tiempo que permanecí viviendo en la población de Ospino en el Edo. Portuguesa; fue parte importante de mi vinculación con la cultura del habitante de los llanos, con el entorno y el contexto geográfico. Inicialmente opte por su uso como una extensión y vinculación con el mundo espiritual, para sacralizar a los “muertos poderosos” y a los espíritus benefactores y lograr así el cumplimiento de las peticiones hechas en la búsqueda del bienestar en la salud, el amor y el trabajo. ...Como consecuencia de ese proceso ritual, surge la imperiosa necesidad de usar el chimó en mi proceso de experimentación y creación artística, dándole así un carácter sagrado a mí obra, consustanciado con mis creencias y las que invaden y pueblan el espacio físico y geográfico donde vivo.” Para lograr su propósito, el artista recubre las imágenes de yeso de los “santos” del panteón marialioncero, con una pasta de chimó mezclado con tierra y cola blanca, a la cual agrega posteriormente una combinación de poliuretano. Así se genera un proceso de vitrificación y protección de las imágenes, de Faustino Parra en esta ocasión, junto a un conjunto de bustos de otros espíritus benefactores. “...De esta manera satisfago mi preocupación por lo relativo a la conexión espiritual con el orden materico de la obra, para constituir una ofrenda ritual, una confirmación del concepto arte-vida, del dialogo espiritual que debe imperar en toda creación... de la persistencia -a través de todos los tiempos- de la relación estrecha que siempre ha existido entre el arte y la religión sea esta del tipo o tendencia que sea y sobre todo en el ámbito de lo popular; diluyéndose así la concepción entre el objeto artístico y el objeto místico o “santo” en nuestro caso, cuando opero como artista y oficiante....” Para Calvetti cada obra porta un lenguaje, es un sistema de escrituras a partir de imágenes y símbolos con significados cargados de la energía que aporta el chimó, usado además como materia pictórica; junto con la acción exorcizante y sanadora del tabaco a partir de su humo y sus cenizas y la acción purificadora lograda con las aspersiones directas de licor. Convierte así cada obra en materia densamente simbólica, religiosa, cosmogónica, transformándose de esta manera las obras destinadas a la contemplación estética en piezas objeto de religiosidad, de representación mística, de iniciación, de ceremoniales. La obra de Dixon Calvetti plantea entonces una acertada y dura reflexión sobre la religiosidad popular en Venezuela, a partir de la visión generada por la propia convicción del artista sobre el culto a Maria Lionza. Con un factor altamente significativo como lo es el hecho de contar con la comprensión y aprobación de la obra por parte de la colectividad popular, al ser esta testigo legitimador y muchas veces actor y cómplice de las acciones de los “muertos milagrosos”, canonizados y santificados por los propios creyentes sin ninguna influencia o determinación por parte de los poderes eclesiásticos tradicionales y socialmente aceptados. Rafael Principal Torres
San Felipe, Yaracuy /Noviembre de 2016
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Museo Carmelo FernándezEl Museo “Carmelo Fernández”, es una institución museística de carácter multidisciplinario, orientada a la investigación, recolección, fomento y difusión de las artes plásticas regionales, dentro del contexto de ARTE VENEZOLANO. Archivos
Diciembre 2016
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