El Museo Carmelo Fernández por motivo de la celebración de los 316 años de la Ciudad de Yaritagua presenta la muestra expositiva Tendencia Yaritagueña en el marco de la inauguración del Espacio para las Artes Visuales Luís Ramírez Valero. Espacio que fue adecuado por medio del financiamiento de proyectos socioproductivos de la Fundación de Museos Nacionales.
 
En este sentido, la muestra reúne 15 obras pictóricas bidimensionales de los creadores y creadoras del municipio Peña como un reconocimiento a la presencia y perseverancia de cada uno de estos creadores y creadoras, que día a día recorren caminos cargados de aciertos y desaciertos imbuidos en una realidad permanente y sin despojarse de ella, con un solo propósito, lograr imponer su visión del arte popular yaracuyano.
 
            En esta oportunidad los artistas Luís Ramírez Valero, Elia Sánchez, Iván Castillo, Luis Miguel Arveláez, Gilberto Segura Pérez Segura, Rafael Rigo, Reina Legon, Milagro Bartolomé, Omar Quintero, Euclides Bouquette y Francisco Suárez de sensibles personalidades y gran perseverancias reflexionan sobre la naturaleza y el urbanismo; estas propuestas transitan entre el paisaje y las representaciones de núcleos urbanos, representan la naturaleza con un dominio excelente de la técnica basada en una buena estructuración formal,  además de una acertada representación del espacio lumínico y cromático de las formas. Sus atrevimientos con la materia pictórica dejan ver en sus propuestas la expresividad de la luz, la riqueza de la textura, y la diversidad de las formas, permitiendo recordar un tiempo pasado importante en vivencias, tradiciones y recuerdos que rodean y conforman los espacios de Yaritagua.
 
Los artistas plásticos Domingo Escalona, José Uranga, Freddy Pérez, Nelly Merolla y Luís Ramírez Valero representan con un dominio excelente de la técnica las imágenes vinculadas a la fe y los bodegones: en estas obras se presentan la tradición religiosa del pueblo yaritagueño y las representaciones de los objetos  vinculadas a las costumbres populares.
 
 De alguna forma, nos atrevemos a afirmar, que esto formará parte de la memoria visual de nuestro pueblo yaracuyano reflejado en esta muestra de arte popular. Será una referencia ineludible para lo que vendrá, pues aquí se forja una mirada, que aunque múltiple, está amalgamada por la misma intencionalidad, la de comprender la tradición popular a través del pincel como un espacio para la integralidad.

Como Presidente del Ateneo de Aroa es para mí un honor, presentar una selección de la Colección de Arte del Ateneo de Aroa, que con tanto empeño hemos venido conformando desde el año 1992 hasta nuestros días.
Desde la fundación del Ateneo de Aroa (1990), se planteó que las Artes Visuales estarían presentes en todas sus manifestaciones en el contexto de su programación y es así como se abrió la sala de exposiciones en el comienzo de sus actividades y con ello se inició el proyecto de tener una colección de arte.
Ha sido una constante búsqueda y de una manera generosa los artistas visuales y particulares han donado sus obras para conformar la colección, los artistas Alberto Asprino y Elsa Morales tomaron para si la promoción para la consecución de muchas obras, así como la familia Veliz Conde y Russo donaron obras de artistas aroeños. El empeño de mi persona en tocar las puertas de estos artistas para explicarles el contenido de este proyecto para que estuvieran representados en esta colección.
El objetivo de conformar esta colección es de tener una representación significativa de los artistas aroeños, Yaracuyanos y a nivel de los grandes Artistas Nacionales, para que la comunidad aroeña y en especial los estudiantes de los distintas instituciones educativas tengan la oportunidad de apreciar directamente estas obras, se realizan en cada exposición visitas guiadas de las escuelas y público en general y así estudiar cada uno de los artistas que están representados en esta colección de arte.
Alberto Asprino investigador de arte, museógrafo, estudia actualmente la colección y asesora su conformación, como lo hizo inicialmente el Licdo. Willy Aranguren, en el primer estudio de la colección en el año 2000.
Dejamos a la consideración de todos compartir la belleza e importancia de estas obras que custodia el Ateneo de Aroa, son más de 250 de este tesoro artístico, patrimonio de los aroeños.
Ya en dos ocasiones se han presentado piezas de nuestra colección en este Museo Carmelo Fernández y esta vez el Licdo. Juan Carlos Martínez actual director de esta institución, seleccionó 31 obras para esta exposición “Una selección de la colección de arte del Ateneo de Aroa”, en esta celebración de los 25 años de su fundación.
Esta exposición esta dividida en dos partes, en la segunda sala se exhiben obras “El Arte Figurativo y otras tendencias”, y en la tercera sala “El Abstraccionismo en la Colección de Arte del Ateneo de Aroa”, con la participación de los artistas: Pedro León Zapata, Edgar Sánchez, Jesús Soto, Nelson Garrido, Ramón Chirinos, James Mathison, Ransés Larzábal, Enrico Armas, Mateo Manaure, Alberto Asprino, Francisco Bugallo, Asdrúbal Colmenárez, Ender Cepeda, Alexis Mujica, Miguel Von Dangel, Manuel Espinoza, Pedro León Castro, Reina Herrera, Belén Parada, Gaudí Esté, Nohemí Márquez, Harry Abend, María Cristina Arria, Luis Barreto, Esteban Castillo, Antonio Escorche, Ángel Hurtado, Jasón Galarraga, Rafael Barrios, Luis Lizardo y Santiago Pol. 
Agradecemos a María Virginia Salazar Millano su gran aporte en la realización del registro, catálogo de la colección y el diseño de la imagen de esta exposición. Una vez más el agradecimiento a todos los artistas que gentilmente  han donado sus obras a esta institución.

Tobías S. Salazar M.
Presidente del Ateneo de Aroa ​

     La Marabunta de Lino Rojas está conformada por una serie de criaturas que procuran la huida; es una reflexión acerca de una realidad terrible e inevitable, la complejidad del ser humano permeado por un entorno hostil que lo transforma.
     En esta serie podemos encontrar que el artista se nutre directamente de la materia que le rodea, esto se evidencia en el uso de materiales recolectados que combina en minuciosos ensamblajes que van dando vida a cada una de las piezas.
     Pedazos de troncos que las olas del mar han erosionado, y otros que han sido toscamente cortados, combinados con desechos de elementos mecánicos e industriales constituyen lo que el artista denomina seres postmecanicistas, los individuos alienados por unos códigos que los deshumanizan y los convierten en víctimas de su propio vacío.
     Aun cuando conforman una unidad estilística, se pueden distinguir sus peculiaridades, cada criatura con su propia historia, con su propia carga emocional, que se traduce en variedades de formas que muestran su intimidad. Líneas sinuosas y quebradas, volúmenes que son a la vez livianos y contundentes debido a la fuerza expresiva de los materiales.
     ​El elemento orgánico refuerza las imágenes de seres que se nos muestran con las entrañas expuestas, lo que vemos en realidad es su interior, cuerpos descarnados, la materia mostrándose sin complejos.
  La vida contenida en cada pedazo de material, hierro trocado en extremidades, en retorcidas vísceras, en exoesqueletos. Madera que con una mínima intervención nos es mostrada como cuerpo-contenedor.
Piedra apenas tallada, con las huellas de la tierra que le dio origen, fuerza telúrica que se expresa por sí misma. Huesos como testigos de vidas extintas, de historias pasadas.
     Cada pieza ostenta una personalidad y un carácter único, en algunas de ellas podemos encontrar una pincelada de color con diferentes materiales. Seres que emprenden la huida, desesperados se dirigen a lo incierto, pisando o suspendidos sobre terreno peligroso, intrincado, cualquier paso en falso es mortal.