Papeles y esculturas. Carlos Medina. Se constituye de dos partes: una compuesta de 41 estudios, con dimensiones de 25 x 35 cm, realizados en papel Fabriano nº 5 y titulados por el escultor como Suite para Caracas en el año 2003 y otra, llamada Suite larense, formada por una selección de 28 esculturas que son resultado directo del estudio hecho por Medina entre 1993 y 2001 y que tienen conexión evidente con los papeles mencionados. En el grupo de los papeles, que constituyen la parte más numerosa de la exposición, la propuesta en el frágil material se presenta como la continuidad de la obra de Medina en acero, tal y como él mismo lo ha expresado, pero también es posible detectar en ella la presencia de las preocupaciones fundamentales a lo largo de toda su trayectoria. Por otro lado, en el grupo de las esculturas, las piezas en acero rotulado y/o plegado y los trabajos de cartonaje, hacen visible la investigación pertinaz seguida por el artista en torno a las formas geométricas que doblegan los materiales y, al mismo tiempo, juegan con el espacio entre llenos y vacíos. En este universo de geometrías emergidas de los planos, el espacio puede ser un lugar de equilibrio y armonía. Es de esta manera como Carlos Medina nos revela su reflexión en torno a lo que considera formalmente esencial y puro de aquello que nos rodea. Visita nuestra en cuenta en Facebook para ver las fotografías de la exposición
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La voz de aquellos seres que no pueden hablar Amarilis Hannot es una artista en constante ebullición creadora. Siempre ha sido así; fiel, leal a sus principios, a sus luchas, anhelos y a un lenguaje plástico que trasciende el quehacer cerámico, sin descuidarlo, para experimentar otras técnicas y materiales como el ensamblaje, la pintura, la escultura y la instalación, entre otras. La creadora se asumió como defensora del reino animal, de aquellas especies que en la actualidad se encuentran en peligro de extinción; pero también recrea con acierto y alto grado de hiperrealismo las bestias que poblaron el globo terráqueo en tiempos pretéritos. Extraña fascinación por la fauna extinta hace miles y miles de años y obsesiva su lucha, casi bíblica diríamos, por los seres animales de hoy, y su relación y o confrontación con el ser humano, con el hombre. La obra de Amarilis es un infinito canto al reino animal que nos rodea; al salvaje, al silvestre, al pretérito, al domestico, al cercano, al lejano, al que solo han estado en la imaginación de los hombres desde tiempos antiguos. Su animalistica, su bestiario personal da para todo, de allí que no sea raro encontrar en su obra aparentemente utilitaria, teteras, tazas, con forma de algún animal como puerco espin, cocodrilos o zorrillos. Zapatos, carteras y hasta prendas de vestir, se convierten en piles, hocicos y patas como una forma critica de recordarnos la moustrosa casería de ciertos animales para mercadear su piel y hacer de ésta un fino articulo de lujo adquirido y solo usado por personas de alto poder adquisitivo en el mundo. La feroz explotación de la piel de ciertos animales como la de los cocodrilos y caimanes, y con ello su irreversible extinción de la faz de la tierra, es objeto constante en la obra de Amarilis Hannot. La creadora traspone e interviene los papeles, los roles en una suerte de crítica incisiva y de advertencia al ser humano. El sufrimiento, la agonía, la aterradora huida, las caserías descontroladas vividas por ciertos animales son extrapolados por la artista al invertir roles, personales, posiciones y situaciones. Ya no es el hombre quien caza, mata, extrae, confecciona y vende, sino el animal; ya no es el animal quien sufre y es sacrificado para obtener de el su piel, es el ser humano el cazado y matado por su piel. Amarilis busca a través de su obra que la gente tome consciencia y reflexione su comportamiento y relación con el mundo animal. Subraya la creadora en la belleza, importancia, ternura, delicadeza, fragilidad, inocencia y desprotección de los animales y las múltiples relaciones que sostienen con el ser humano indistintamente del nivel de desarrollo. La relación del hombre con el reino animal ha sido vital para la subsistencia de este, pero si bien es cierto que esta relación se presenta de forma equilibrada en sociedades como las indígenas por ejemplo, es distinta la situación en otras sociedades y pueblos de mayor o menor desarrollo cultural. Amarilis Hannot se vale del arte, de la arcilla, de esa materia primigenia para recordarnos que este mundo no pertenece solo a la especie humana, y que mucho antes que apareciera el hombre, eran los animales los primeros pobladores de la tierra. La diversa, rica, extraña y maravillosa especie animal ha reinado por siglos la faz de la tierra, las aguas, la tierra misma y los aires y en el transcurrir del tiempo ha alimentado al hombre, le ha dado cobijo, le ha apoyado, guiado, conducido. El animal ha sido testigo junto al hombre de guerras, de batallas, de hechos y acontecimientos, de amores y terrores, de fantasías y crueles realidades. La obra de Amarilis Hannot es advertencia, es llamado, es exhortación, es lección, es consejo, es guía, es la voz de aquellos seres que no pueden hablar: los animales. Luis Miguel Rodríguez Caracas 28/10/07
Una nueva muestra expositiva, fundamentada en las obras de la colección de este Museo, se abrió al público el pasado día viernes 03 del presente mes. Espacio-Volumen es el concepto bajo el cual hemos agrupado 7 piezas con diferentes técnicas y materiales. Tratando de vincular el espacio de la sala con la obra en la instalación denominada Iwori-Melli-Osa-Yekum del artista cubano José Ángel Vincench, en la cual flotan libremente en el espacio, generando espacios virtuales, 4 lienzos blancos con la impronta del artista, lograda por presión directa del cuerpo impregnado en barro y color, emulando la limpieza del alma a partir del “despojo” corporal. Voces, cantos e invocaciones de la religión yoruba completan la obra junto a un cuenco de barro que contiene ramas secas usadas en el “despojo”. Scarlet Canache ensambla materiales de desecho (maderas, clavos y ruedas metálicas) en un volumen que, a manera de puerta, nos traslada a mundos alternos. Alberto Asprino también recurre al uso de maderas encontradas en la playa, pulidas por la arena en el constante trajinar de las olas. Con ellas, ensambladas una al lado de la otra, crea rimeros de libros que pretenden llevarnos a hurgar en el pasado en constante alusión a la memoria perdida del ser humano, que busca nuevas emociones. En una metáfora alusiva a nuestro mestizaje, Onofre Frías recurre a elementos tan disímiles como la estopa, resina, madera, latón y telas para crear una estructura sólida, vibrante y a la vez megalítica. Son sus Injertos del Alma. Rosita Galea de Falena, con su pieza Vorágine, recurre a la translucidez del vidrio, al esmerilado en círculos concéntricos que alojan una pupila esmaltada que -cual ojo de Dios-, todo lo escruta buscando la verdad; generando un espacio ambiguo a través de la transparencia y opacidad de la lámina. Un juego de volúmenes, espacios y vacíos presenta Daniel Briceño con su obra “Disección de una Virgen”. La imagen de la virgen morena mexicana, la Guadalupe, se ensambla con las calaveras de dulce que recuerdan a los difuntos en la celebración del Día de Muertos; día que para los mexicanos conjura el concepto de la muerte y lo convierte en vida a través de la resurrección, idealizada en las lagartijas presentes en la obra, que regeneran su cola después de su mutilación. Finalmente, Edith Osorio -artista yaracuyana residenciada en Oriente- nos muestra una talla donde los vacíos en las curvas ascendentes juegan y contrastan con las superficies solidadas, plenas, del resto de la estructura. Son piezas diversas, “obras de arte”, que son parte de un “tesoro”, vinculados a entornos propios y variados y por lo tanto, son piezas “descontextualizados” en el museo. Por ello es siempre necesario dotarlas de un referente que las ubique y posibilite su exhibición y compresión por parte del público: el espacio y el volumen en este caso. Es esta una exposición que evidencia la riqueza y variedad de una colección patrimonial que hemos venido albergando en 25 años de existencia de nuestro museo. Rafael Principal Torres
La obra de "Edgar Giménez Peraza" está cargada de profundo humanismo, llena de poesías y de cosas bellas e imaginables que da el arte. Lo abstracto de su ingenio, el paisaje, las figuras y todo lo que brotaba de su intelecto fecundo que enriquecieron su corazón, le entró por los ojos para dejarlas como huellas indelebles en el tiempo. Su imaginación era todo un encuentro con la naturaleza, con músicos, poetas, artistas y creadores geniales, por ello sus manos pudieron poner en relieve aquellas cosas tiernas y sencillas que jamás podrán reemplazarse. Hizo que el arte fuera eso!... arte! Y toda su capacidad de creación la encamino como instrumento formativo de la sociedad, necesario regenerador de la humanidad. Trabajo toda su vida para que el arte saliera de sus lugares usuales e ingresara como elemento común en la vida sembrándose paso a paso en el corazón de la gente. Por eso y mucho más contribuyo para que la sociedad pudiera ver la utilidad inmediata del arte, como lo fue su capacidad de elevar la cultura, el alma y el espíritu humano un nivel donde el espectador se sintiera que es participe y miembro de algo que es bello, elevado y hermoso. Puso su corazón al unísono de la inextinguible alma profunda sin apartarse de su sencillez ni de la raíz que nutrió su rica obra plástica porque todo lo que sus ojos veían brotaban del alma colectiva. Vimos en la Oruga Luminosa las pinceladas de su vida. Desde el Centro Experimental de Talleres Artísticos nos enseño que más allá de la esfera, de lo cotidiano hay cosas inmediatas, hermosas, que además de recrear el corazón humano, también nos dan acceso al conocimiento de un mundo que existe allí mismo donde los sentimientos y el amor tienen espacio ilimitable, útil y necesario para el crecimiento de la complejidad visible e invisible del hombre. Su arte que sigue tan vivo como la Patria, tiene capacidad de comunicar valores y se hizo historia... presente y futura. Su obra es nuestra herencia infinita, vive no sólo porque se haga un Salón de Artes Visuales como éste. Vive como todas las artes: porque llegue, se meta corazón adentro, se vuelva sangre de la gente. Es una obra de la vida porque traduce toda la urgencia de su existencia fructífera y por eso se vuelve eterna, porque a cada momento sale a relucir como una espiga, como una flor flameante bajo el brazo del Sol. Dip. Ángel Gutiérrez Presidente del Consejo Legislativo del Estado Yaracuy La luz yaracuyana será acaso la causa de tanto ojo agudo, o que tantos verdes juntos nos subyuguen de tal forma que los lienzos son inundados de luz y verdor enceguecedoras. En ésta IV Edición del Salón Regional de Artes Visuales "Edgar Giménez Peraza", casi dos docenas de artistas visuales nos conducen por un paseo intenso y contrastado de estilos y tendencias. Técnicas y materiales diferentes que emplean los artistas con experiencia y perecía que resultan de muchos años de habilidad manual, por ser herederos de un conocimiento ancestral. Lo fotográfico y manual, el dibujo y la mancha, la figura humana en varias aceptaciones, la naturaleza, el gesto casual, el color, la religión y la cotidianidad, los volúmenes, el vegetal y el "acolchado", el sexo y la sensualidad de un lápiz labial como instrumento plástico, la zafra y procesión, son todos ellos conceptos de éste Salón y de ésta tierra mágicamente plástica. Santiago Pol
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Museo Carmelo FernándezEl Museo “Carmelo Fernández”, es una institución museística de carácter multidisciplinario, orientada a la investigación, recolección, fomento y difusión de las artes plásticas regionales, dentro del contexto de ARTE VENEZOLANO. Exposiciones MCF
Diciembre 2007
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